El trabajo remoto, que se intensificó durante la pandemia, ha mostrado sus beneficios tanto para empresas como para trabajadores. Sin embargo, también ha desdibujado los límites entre la vida personal y profesional, dificultando que los empleados ejerzan su derecho a desconectarse del entorno laboral al finalizar su jornada.
Países como Bélgica, Chile y Australia ya cuentan con sanciones para quienes incumplen este derecho. En México, aunque la Ley Federal del Trabajo lo contempla desde 2021, seis de cada diez empleados siguen conectados a sus actividades laborales en días de descanso.
En este contexto, se presentó una iniciativa ante el Congreso de la Ciudad de México para modificar el Artículo 10 de la Constitución capitalina. Esta reforma garantizaría a los trabajadores el derecho a desconectarse digitalmente, estableciendo a la CDMX como referente en el reconocimiento de esta medida esencial.
Solo el 54% de los trabajadores ve respetado su derecho a la desconexión al terminar su jornada. Esto refleja una arraigada cultura laboral donde productividad y compromiso se miden por la disponibilidad constante, lo que agrava el desgaste físico y emocional de los empleados.
Con esta propuesta de reforma, los trabajadores estarían protegidos de presiones laborales fuera del horario establecido, logrando un balance entre sus responsabilidades profesionales y su bienestar personal.
Desconexión digital: clave para la salud mental y la productividad
La desconexión digital no solo permite reducir el estrés asociado al uso intensivo de herramientas digitales, sino que también contribuye a una mejor salud mental y emocional. Además, las empresas pueden beneficiarse mediante un ambiente laboral más positivo, mayor retención de talento y una productividad optimizada.