Lo que parecía una conferencia de prensa rutinaria encabezada por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, terminó en un acto que ha sacudido al escenario político nacional: el senador Alex Padilla, demócrata por California, fue esposado, empujado al suelo y retirado por la fuerza tras intentar realizar una pregunta sobre las redadas migratorias que han sembrado el miedo en comunidades latinas. Las imágenes del primer senador latino por California siendo tratado como un criminal han desatado una tormenta política y mediática.
“Soy el senador Alex Padilla. Tengo preguntas para la secretaria”, dijo al ingresar a la sala donde Noem ofrecía declaraciones.
La respuesta fue inmediata y brutal. Un grupo de hombres (algunos de ellos vestidos de civil, otros con chalecos del FBI) lo sacó violentamente del lugar. En un video que se ha vuelto viral, se observa cómo lo inmovilizan boca abajo en un pasillo y le colocan esposas, pese a que no opuso resistencia. Según Padilla, su único propósito era ejercer su derecho como senador a obtener información sobre operativos federales que están afectando a su comunidad.
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El reflejo de una América rota
Para Padilla, el incidente es más que un malentendido: “Si así responde esta administración a una pregunta de un senador, imaginen lo que les están haciendo a los trabajadores agrícolas, cocineros y jornaleros de California y del país”, denunció tras su liberación.
La conferencia en cuestión tuvo lugar en medio de un ambiente tenso, marcado por las redadas migratorias en Los Ángeles y las declaraciones incendiarias de Noem, quien acusó a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum de alentar las protestas en territorio estadounidense.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) justificó el uso de la fuerza alegando que Padilla “interrumpió la conferencia sin identificarse” y que “parecía un atacante”. Noem, por su parte, repitió esa versión en Fox News. Sin embargo, testigos aseguran que el senador se identificó claramente, lo cual pone en duda la legitimidad de la respuesta federal. La tensión fue tal que la secretaria Noem se vio obligada a reunirse en privado con Padilla después del incidente, en un intento por bajar la temperatura política.
Alex Padilla: Una vida marcada por la lucha migrante
Alex Padilla no es un nombre menor en la política estadounidense. Hijo de inmigrantes mexicanos (su padre de Jalisco, su madre de Chihuahua), nació en Los Ángeles en 1973 y creció en Pacoima, en el corazón del Valle de San Fernando. Su historia representa el “sueño americano”: se graduó de Ingeniería Mecánica en el MIT y, tras rechazar una carrera en el sector privado, decidió entrar en la política cuando las propuestas antimigrantes azotaban California en los años 90.
Fue el primer latino en ser elegido secretario de Estado en California en 2014 y, posteriormente, reemplazó a Kamala Harris en el Senado en 2021. Desde entonces, ha sido una de las voces más firmes en defensa de los derechos de los migrantes, de los trabajadores y de las comunidades excluidas.
“Estoy aquí porque mis padres trabajaron duro, no porque este país me lo regaló”, ha dicho en más de una ocasión.
El trasfondo: Redadas, política y elecciones
El altercado entre Padilla y los agentes federales no es un hecho aislado. Llega en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias impulsadas por el presidente Donald Trump en su regreso al poder. Noem ha sido una de las principales ejecutoras de esta estrategia en el terreno, ordenando redadas masivas en zonas de alta concentración latina como Los Ángeles, que han provocado el cierre de negocios, el desplome de ventas y un ambiente generalizado de miedo.
La retórica de Noem, quien llamó a “liberar” a la ciudad del “liderazgo socialista” de figuras como el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass, deja entrever el cariz ideológico de estas acciones. A un año del Mundial de 2026 y en plena Copa Oro, Los Ángeles se encuentra en un estado de convulsión que combina deporte, migración y política en una mezcla peligrosa.
¿Teatro político o brutalidad institucional?
Mientras el DHS insiste en que Padilla “montó un acto de teatro político irrespetuoso”, organizaciones civiles y legisladores demócratas denuncian que se trata de una violación al debido proceso y una muestra del autoritarismo creciente en el país.
“No importa si tienes un escaño en el Senado o trabajas en una cocina: esta administración ha decidido usar la fuerza antes que el diálogo”, comentó un portavoz del Caucus Hispano del Congreso.
El propio Padilla ha anunciado que exigirá cuentas al gobierno federal y buscará investigar el uso de fuerza en su contra.
