Estados Unidos aprobó este 18 de junio de 2025 un nuevo tratamiento preventivo contra el VIH bajo la marca Yeztugo, desarrollado por el laboratorio Gilead. Consiste en dos inyecciones anuales basadas en la molécula lenacapavir, que reduce el riesgo de transmisión del virus en más del 99,9%. Este método simplifica la prevención, ya que hasta ahora las opciones disponibles requerían pastillas diarias o inyecciones mensuales.
Hasta ahora, las opciones disponibles —como pastillas diarias o inyecciones mensuales— presentaban obstáculos para la adherencia. Yeztugo simplifica el proceso, lo que podría tener un impacto significativo en la prevención, especialmente en grupos de alto riesgo.
Resultados prometedores, pero con desafíos
Los ensayos clínicos demostraron una eficacia casi total:
- En un estudio con 2.000 mujeres en África subsahariana, no hubo contagios.
- En otro con 2.000 personas de género diverso, solo se registraron dos infecciones (99,9% de efectividad).

Sin embargo, el alto costo —estimado en 25.000 dólares anuales— podría limitar su acceso. Expertos como Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, señalan que, producido a gran escala, el tratamiento podría costar solo 25 dólares por persona al año, una diferencia abismal que plantea debates sobre su distribución global.
Gilead ya firmó acuerdos para producir versiones genéricas en 120 países de bajos y medianos ingresos, pero el proceso será lento. Mientras tanto, un acuerdo con el Fondo Mundial busca garantizar dosis para dos millones de personas, aunque recortes presupuestarios en EE.UU. podrían afectar su implementación.
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¿Por qué todavía no hay una cura contra el VIH?
A pesar de los avances en tratamientos preventivos y antirretrovirales, encontrar una cura definitiva para el VIH sigue siendo uno de los mayores desafíos médicos. El problema radica en la capacidad del virus para esconderse en el ADN humano en estado latente, evadiendo tanto el sistema inmunológico como los medicamentos.
Hasta ahora, solo siete personas en el mundo han sido consideradas curadas, todas mediante trasplantes de médula ósea para tratar cánceres hematológicos. Este método, además de riesgoso y costoso, no es viable a gran escala.
Investigadores como Scott Kitchen (UCLA) exploran terapias génicas que modifiquen células madre para atacar el VIH, pero estos enfoques aún están en etapas tempranas. Mientras tanto, la prioridad sigue siendo prevención y acceso a tratamientos, donde Yeztugo representa un paso clave, aunque no la solución final.