La urgencia de frenar la extorsión y mejorar la seguridad
Soy empresario y cada día enfrento los desafíos de hacer crecer mi negocio en un entorno cada vez más complejo, en donde los cambios regulatorios y normativos son constantes. Pero hay un problema que se ha convertido en una barrera innegable para el desarrollo: la extorsión en todas las modalidades. Este delito, que azota a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas en todo el país, no solo afecta nuestras finanzas, sino que pone en riesgo la seguridad de nuestras familias, colaboradores y clientes.
Según el Diagnóstico de Riesgos de Seguridad de CONCANACO Servytur 2023, la extorsión afecta a 26 de 32 entidades federativas. Las modalidades más frecuentes son el cobro de piso y el derecho de paso, impactando de manera más severa a los negocios en zonas rurales y periferias urbanas. Esta realidad obliga a muchas empresas a cerrar o a operar bajo el temor constante de represalias.
El impacto real de la extorsión en los negocios
Este fenómeno genera diversos impactos en la economía, algunos que he tomado nota en los 28 estados de la república que tuve la oportunidad de visitar en este año, son:
● Aumento en los costos operativos: Ya sea por pagos ilícitos o por inversión en seguridad, cada día se vuelve más costoso mantener un negocio funcionando.
● Desincentivo a la inversión: Cada vez más dueños y dueñas de negocio optan por reducir sus operaciones o mudarse a otras regiones más seguras.
● Pérdida de empleos: Los negocios, incapaces de costear estas “cuotas”, terminan cerrando, dejando a cientos de trabajadores sin sustento.
● Competencia desleal: Existe una afectación a las cadenas de suministro y distribución, imponiendo precios y controlando el mercado de productos esenciales como alimentos, materiales de construcción y servicios de transporte.
Las cifras son alarmantes: la violencia en México tiene un costo de 4.9 billones de pesos, equivalente al 20% del PIB nacional (Instituto para la Economía y la Paz 2024). En el comercio, que aporta el 40% del PIB y el 80% del empleo formal, la extorsión está limitando el crecimiento, debilitando la competitividad y fomentando la informalidad.
¿Qué estamos haciendo los empresarios?
Desde CONCANACO Servytur, hemos impulsado una agenda de trabajo para frenar la extorsión y mejorar la seguridad del sector empresarial. Entre las principales acciones se encuentran:
- Creación de Mesas de Seguridad: Un espacio de diálogo entre empresarios y autoridades para coordinar operativos, mejorar canales de denuncia y fortalecer la inteligencia en seguridad.
- Reforma al Código Penal Federal: Estamos promoviendo la tipificación y endurecimiento de penas para delitos que afectan la actividad económica, como la imposición de precios y la manipulación de cadenas de suministro por parte del crimen organizado, delitos que deben de perseguirse de oficio y contar con las fiscalías para que pueda operativamente brindar resultados.
- Coordinación con autoridades estatales y federales: Buscamos una mayor eficacia en la investigación y persecución de la extorsión, además de incentivos para la denuncia y protección a testigos.
- Fortalecimiento de la seguridad empresarial: Promovemos capacitación para empresarios y empleados, inversión en tecnología de seguridad y la generación de redes de apoyo entre negocios afectados.
Un llamado a la acción
Aún cuando la seguridad es potestad exclusiva del gobierno; los dueños y dueñas de negocio y nuestros trabajadores y trabajadoras debemos exigir un marco legal sólido, es urgente que las autoridades actúen con firmeza.
Alguna vez lo dijo Winston Churchill: “El coraje es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”.
Es momento de actuar. No podemos normalizar la extorsión en todas sus modalidades como parte del costo de hacer negocios. La seguridad es la base del desarrollo y no puede quedar en segundo plano.