Trump y Putin dialogan sobre Ucrania en medio de tensiones, ataques y escepticismo internacional

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Trump y Putin dialogan sobre Ucrania en medio de tensiones, ataques y escepticismo internacional

Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos, sostuvo una conversación telefónica el lunes con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en un intento por reactivar un proceso de paz que podría poner fin al conflicto bélico más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Esta llamada se da en un contexto de crecientes dudas dentro de Washington sobre la continuidad del apoyo a Ucrania, reflejadas en las recientes declaraciones del vicepresidente J.D. Vance, quien señaló que, si Rusia no muestra voluntad real de negociar, Estados Unidos podría concluir que “esta no es nuestra guerra”.

Trump, que durante años ha insistido en la necesidad de un alto el fuego, mantiene su promesa de buscar una solución rápida a la guerra iniciada con la invasión rusa en febrero de 2022. El mandatario republicano atribuye a su experiencia personal y a su relación con Putin la capacidad de superar el estancamiento actual y encaminar a las partes hacia un acuerdo que incluya un alto el fuego.

Un diálogo pragmático y un posible acuerdo en camino

Según reportes de prensa rusa, Putin calificó la llamada como informativa y útil. El presidente ruso destacó que Moscú está dispuesto a trabajar en un memorando con Ucrania que sentaría las bases para futuras negociaciones formales. “La clave radica en que las partes rusa y ucraniana muestren el mayor de los deseos de lograr la paz y hallen compromisos que satisfagan a ambos bandos”, afirmó Putin, quien añadió que el documento podría incluir “determinadas posturas sobre los principios de arreglo y los plazos para la firma de un posible tratado de paz”, así como un eventual alto el fuego por un período específico si se alcanzan acuerdos.

Putin también recordó que para Moscú es fundamental eliminar las causas originales de la crisis, subrayando que la reanudación de negociaciones en Estambul la semana pasada, tras una pausa de tres años, es una señal positiva.

Tensión y escepticismo dentro de Washington y Kiev

En contraste con el optimismo de Trump y Putin, la realidad sobre el terreno y en las esferas diplomáticas sigue siendo compleja. El vicepresidente estadounidense J.D. Vance expresó que Washington está consciente de que la guerra puede estar en un “compás de espera” y que, si Moscú no se compromete, Estados Unidos podría decidir que no es su conflicto para resolver.

Por su parte, la exembajadora estadounidense en Ucrania, Bridget Brink, renunció recientemente señalando que la política oficial ha presionado a Ucrania en lugar de a Rusia, y advirtió que la “paz a cualquier precio” no es verdadera paz sino apaciguamiento, lo que podría derivar en más violencia.

Zelensky, el presidente ucraniano, intensificó sus esfuerzos diplomáticos reuniéndose con altos funcionarios estadounidenses y europeos en Roma antes de la llamada entre Trump y Putin. Zelensky insistió en que Ucrania está comprometida con “una diplomacia real” y que la presión contra Rusia debe mantenerse hasta lograr un alto el fuego efectivo. Sin embargo, criticó la delegación rusa enviada a las negociaciones en Turquía por considerarla de bajo nivel y sin poder de decisión.

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La guerra continúa mientras negocian

Mientras se desarrollan estos esfuerzos diplomáticos, el conflicto armado no muestra signos de pausa. El domingo, Ucrania reportó el mayor ataque de drones desde el inicio de la guerra, con 273 drones explosivos lanzados por Rusia contra las regiones de Kiev, Dnipropetrovsk y Donetsk.

El presidente Trump también indicó que las conversaciones abarcaban temas económicos y comerciales, buscando usar incentivos financieros para facilitar un acuerdo, especialmente en medio de las sanciones impuestas a Rusia que han erosionado su economía. No obstante, advirtió que, si Putin no negocia “de buena fe”, podrían imponerse sanciones adicionales.

Un futuro incierto

La llamada Trump-Putin es vista como una prueba importante para la capacidad del expresidente estadounidense para influir en un conflicto que se ha prolongado y ha generado un sufrimiento masivo. Mientras el Vaticano expresó interés en acoger negociaciones formales, la comunidad internacional observa con cautela, consciente de que lograr un alto el fuego duradero requerirá no solo voluntad política sino también garantías claras que permitan superar años de desconfianza.

Por ahora, la guerra sigue siendo una cruel realidad en Ucrania, con miles de vidas en juego, mientras Washington, Moscú y Kiev intentan definir si es posible o no un camino hacia la paz.

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