Donald Trump y sus aliados republicanos lidian con una situación inédita: contener las teorías conspirativas que surgen del caso Jeffrey Epstein. El financiero convicto por tráfico sexual, quien se suicidó en 2019, vuelve a ser centro de atención después de que el gobierno retrasara la publicación de documentos relacionados con su red. Esta vez, las especulaciones amenazan la cohesión del movimiento MAGA.
El desafío a la narrativa trumpista
Por primera vez, Trump debe frenar -no alimentar- una teoría conspirativa. Dos fuentes de la Casa Blanca revelan que se evalúan medidas como: 
- Publicación selectiva de documentos
- Nombramiento de fiscal especial
- Acciones ejecutivas sobre delitos sexuales
El presidente contactó a influenciadores clave del movimiento MAGA, instándoles a cambiar el enfoque hacia las prioridades de “America First”. Sin embargo, figuras como la congresista Lauren Boebert y presentadores como Joe Rogan mantienen la presión por más transparencia.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
LEE TAMBIÉN: ¿A quién afecta el nuevo plan fiscal de Donald Trump aprobado por el Congreso?
Tensiones en la base republicana
El caso Epstein expone fracturas en la coalición trumpista, ya afectada por discrepancias sobre Irán, Ucrania y migración. Aunque el Departamento de Justicia confirmó que no existe una “lista de clientes” incriminatoria, muchos seguidores desconfían. La situación se complica por el pasado social de Trump con Epstein en los 90, incluyendo viajes en su avión privado (hecho que el presidente niega).
Mientras Trump califica el caso como “aburrido” y pide pasar página, aliados clave como Charlie Kirk acataron el mensaje, pero otros amplifican las sospechas. Analistas señalan que esta crisis prueba los límites del control narrativo que Trump ejerce sobre su base.
