La Cámara de Diputados aprobó el dictamen para expedir una nueva Ley General de Aguas y reformar la vigente Ley de Aguas Nacionales. El objetivo es definir reglas claras sobre el uso del agua en procesos productivos y ordenar otorgamiento de concesiones.
Tras más de 24 horas de análisis y debate, el dictamen fue aprobado en lo particular con 324 votos a favor, 118 en contra y dos abstenciones, luego de que la votación general se realizara la noche anterior con 328 apoyos, 131 rechazos y cinco abstenciones.
Con esta aprobación, el documento será remitido al Senado de la República, donde el líder del grupo parlamentario de Morena, Adán Augusto López Hernández, anunció que la minuta será respaldada “en sus términos, sin modificación alguna”.
Cámara de Diputados aprueba en lo particular la Ley de Aguas
Como parte del proceso, los legisladores avalaron un paquete de 18 reservas presentadas por el diputado Ricardo Monreal Ávila —representando también a los grupos parlamentarios del PVEM y del PT—. Estas reservas complementan las cerca de 50 modificaciones recientes al proyecto original, muchas de ellas planteadas en respuesta a organizaciones campesinas que advirtieron posibles afectaciones en su producción por la nueva regulación.
Entre los cambios aprobados destacan reformas a artículos clave: del Artículo Primero —que modifica los artículos 40 y 43 de la Ley General de Aguas—; y del Artículo Segundo —que altera varios artículos de la Ley Nacional de Aguas, así como las disposiciones transitorias Segunda y Quinta, y la adición de las Séptima y Octava. El dictamen redefine al Estado mexicano como el único responsable de regular el uso del agua y propone eliminar el régimen de transmisiones de derechos de agua entre particulares.
Durante la conferencia matutina, el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Efraín Morales López, explicó que la reforma —impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo— busca acabar con la mercantilización del agua. Morales López destacó que las nuevas reglas pretenden poner un alto a la sobreexplotación, al mercado negro del recurso y a la concentración de derechos de agua en manos de unos pocos.