Este lunes, la cápsula New Shepard de Blue Origin llevó al espacio a seis mujeres en una misión histórica. Entre ellas estaban la artista Katy Perry, la periodista Lauren Sánchez —prometida de Jeff Bezos— y la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe. El vuelo duró apenas 11 minutos, pero bastó para que las tripulantes cruzaran la línea de Kármán, el límite entre la Tierra y el espacio.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y segundo hombre más rico del planeta, también es el creador de Blue Origin. La empresa nació en el año 2000 con la intención de democratizar el acceso al espacio y abrir paso al turismo espacial. Desde entonces, ha desarrollado el cohete reutilizable New Shepard, que permite llevar a turistas al borde de la atmósfera.
¿Cuánto cuesta viajar al espacio con Origin Blue?
El costo por persona para experimentar este viaje único supera los 250 mil dólares. Aunque Blue Origin no ha revelado precios exactos para cada asiento, diversas fuentes aseguran que los boletos alcanzan esa cifra, dependiendo de la demanda y del perfil del pasajero.
La misión NS-31 no solo rompió récords por su tripulación exclusivamente femenina, sino que también reavivó el debate sobre el papel de las celebridades en la exploración espacial. Mientras figuras como Katy Perry compartían su emoción, algunos científicos señalaron que estos vuelos generan más atención mediática que los viajes con fines científicos.
Durante el vuelo, las pasajeras disfrutaron de unos minutos en gravedad cero. Katy Perry incluso cantó “What a Wonderful World” mientras flotaba libremente dentro de la cápsula. Al aterrizar, la artista besó el suelo y declaró sentirse “superconectada con la vida”.
Blue Origin ha llevado al espacio a decenas de personas desde su primer vuelo tripulado en 2021, incluido el propio Jeff Bezos. La nave New Shepard está equipada con grandes ventanas para brindar una vista privilegiada del planeta desde 100 kilómetros de altura.
La misión más reciente marca un avance simbólico hacia la inclusión de mujeres en la industria espacial. Además, refuerza el objetivo de Bezos de hacer del espacio un destino accesible —aunque por ahora, reservado para quienes pueden pagar un cuarto de millón de dólares.