La Ciudad de México ha dado un paso importante en la regulación de plataformas de hospedaje como Airbnb. Con la reciente aprobación de modificaciones a la Ley de Turismo, se establece que las estancias a través de estas plataformas solo podrán ofrecerse durante un máximo de seis meses al año. Esta medida, impulsada por Martí Batres, ex jefe de gobierno capitalino, busca abordar preocupaciones sobre el impacto que estas plataformas han tenido en el mercado inmobiliario y el sector turístico.
Razones detrás de la reforma
El auge de servicios como Airbnb ha generado inquietudes sobre su efecto en la gentrificación de diversas áreas de la capital. Las autoridades argumentan que el uso masivo de estas plataformas ha elevado los precios de la vivienda y alterado la dinámica social en ciertos vecindarios. La regulación pretende equilibrar el terreno de juego entre los proveedores tradicionales de alojamiento y las plataformas digitales, quienes han visto un aumento en la competencia.
Airbnb, que representa actualmente el 40% del mercado de alojamientos en México, se enfrenta a un entorno regulatorio más estricto. La empresa ha expresado su preocupación por cómo esta limitación afectará a miles de anfitriones y usuarios que dependen de estos ingresos para su sustento.
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Reacción de Airbnb
En respuesta a la nueva legislación, Airbnb ha manifestado su descontento, señalando que la prohibición perjudicará a muchas familias que utilizan estos ingresos para complementar su economía. La compañía argumenta que regulaciones similares en otras ciudades no han demostrado ser efectivas para reducir los precios de renta o aumentar la disponibilidad de vivienda. En cambio, estas medidas han estado asociadas con un aumento en los costos del hospedaje tradicional.
Airbnb también criticó el proceso legislativo, calificándolo como “sorpresivo” y señalando que no se incluyó a todos los actores relevantes en las discusiones. Esta falta de participación ha generado desconfianza hacia las intenciones detrás de la regulación.
Impacto económico
La influencia de Airbnb en la economía local es notable. Con más de 80,000 propiedades registradas en todo el país y alrededor de 20,000 en la Ciudad de México, la plataforma ha tenido un impacto significativo desde su llegada. Desde 2017, cuando se implementó el impuesto sobre hospedaje, Airbnb ha recaudado más de 500 millones de pesos en impuestos en la capital.
Se estima que cada reserva realizada genera un impacto económico adicional, con un gasto promedio que triplica el costo del hospedaje. En 2022, Airbnb reportó un impacto económico superior a los 15,000 millones de pesos en la ciudad y contribuyó a la creación de cerca de 63,000 empleos.
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Debate sobre gentrificación
A pesar del debate sobre su contribución a la gentrificación, Airbnb defiende su modelo al señalar que solo el 5% de las propiedades listadas están destinadas exclusivamente al alquiler turístico. La mayoría son espacios compartidos por propietarios que buscan ingresos adicionales. Aunque solo una pequeña parte de las reservas proviene de “nómadas digitales”, el mercado interno está creciendo rápidamente.
La regulación del uso de plataformas como Airbnb representa un cambio significativo en cómo se gestionan los servicios turísticos en la Ciudad de México. Mientras las autoridades buscan mitigar los efectos negativos percibidos en el mercado inmobiliario y social, Airbnb y sus usuarios enfrentan incertidumbre sobre cómo estas nuevas reglas afectarán sus actividades. El futuro del alquiler temporal y su impacto en la economía local dependerá del equilibrio entre regulación y acceso al mercado para todos los involucrados.
