El 3 de julio, a las 13:00 horas, el Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo (Cenavi) detectó una traza sospechosa a 200 kilómetros al sur de San Salvador. Esa alerta activó un operativo en el que autoridades federales mexicanas interceptaron una avioneta en Colima, donde incautaron 427.65 kilogramos de cocaína y detuvieron a tres personas de nacionalidad mexicana.
El secretario Omar García Harfuch confirmó que los sistemas de vigilancia aérea ubicaron el punto de origen de la traza cerca del territorio salvadoreño. En conferencia, destacó que el gobierno mexicano actúa con firmeza contra el narcotráfico y que esta operación refleja ese compromiso. El valor estimado de la droga asciende a 96 millones de pesos.
Costa Rica detectó la traza; El Salvador se deslinda
Horas después, el presidente Nayib Bukele cuestionó públicamente el señalamiento de Harfuch. Desde su cuenta oficial en la red X, explicó que la alerta sobre el vuelo la emitió Costa Rica, no El Salvador. Según su versión, la aeronave ingresó al espacio costarricense, desapareció brevemente del radar y luego siguió su ruta sobre el Pacífico sin tocar territorio salvadoreño.
Bukele también compartió información del Comando Conjunto Interagencial del Sur (JIATFS, por sus siglas en inglés), con sede en Key West, Florida, que respalda su postura. El mapa que mostró ubica la aeronave lejos del espacio aéreo salvadoreño. Además, insistió en que ningún salvadoreño participó en el operativo ni en el vuelo.
El mandatario exigió una aclaración formal al gobierno mexicano y llamó a su embajadora a consulta, argumentando que no permitirá que involucren a su país en actividades delictivas que, asegura, no le corresponden.
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