El turismo de lujo atraviesa en 2025 una etapa de crecimiento sostenido que marca el rumbo hacia un 2026 con expectativas elevadas. Tras la pandemia, los viajeros de alto poder adquisitivo colocaron en el centro elementos como privacidad, control del tiempo, logística eficiente y experiencias con diseño personalizado.
El viaje dejó de ser solo un desplazamiento hacia destinos reconocidos y se convirtió en una extensión del estilo de vida. Desde la movilidad hasta el alojamiento y las comodidades, forman parte de las preferencias concretas y necesidades específicas.
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El turismo de lujo avanza hacia un 2026
De acuerdo con Allied Market Research, el mercado global de viajes de lujo superará los 1.3 billones de dólares en 2030. Esto será gracias al impulso por la demanda de servicios privados y experiencias a medida.
En este sector es que México apuesta por esta tendencia, con destinos como Los Cabos, Punta Mita, Riviera Maya y CDMX, donde se ofertan experiencias clave para el turismo premium.
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De acuerdo con Evoke, la aviación privada tuvo un mayor dinamismo a lo largo del 2025 en cuanto al turismo de lujo en México. Sostuvo que esto se debe al cambio de paradigma dentro de la renta de jets, pues dejó de asociarse solo con estatus para apostar por una herramienta de movilidad para ejecutivos, familias y viajeros frecuentes. Entre las principales exigencias se encuentran:
- Vuelos directos
- Horarios personalizados
- Procesos de abordaje breves
- Servicios a bordo configurados según el perfil del pasajero
El charter de yates privados también registra un avance constante. Navegar se entiende ahora como una experiencia integral que combina rutas diseñadas según el tipo de viaje, tripulaciones certificadas y actividades en altamar.
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Destinos como Los Cabos, La Paz, Careyes y Punta Mita funcionan como polos para esta modalidad, que se integra con estancias en villas y traslados aéreos privados.
El transporte terrestre especializado y los autos deportivos completan el ecosistema del turismo de lujo en México y el mundo. Traslados puerta a puerta, vehículos con chofer, esquemas de seguridad discreta y experiencias de manejo forman parte de un servicio que incide de manera directa en la calidad del viaje. Todo converge en un punto central: las experiencias a la medida, que hoy definen el valor real del lujo.
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De cara a 2026, el turismo de lujo apunta a un crecimiento basado en eficiencia, personalización y control total del viaje, por lo que firmas como Evoke apuestan porque el recurso más valioso es el tiempo y viajar sin fricción se convierte en el nuevo estándar.
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