En Why They Do It, Eugene Soltes entrevista a altos ejecutivos de empresas que alguna vez parecieron modelos de éxito… hasta que fueron condenados por fraude. Lo fascinante no es solo lo que hicieron, sino lo que pensaban mientras lo hacían. Ninguno se veía a sí mismo como un villano. Se justificaban diciendo que era “lo que todos hacían”, “parte del juego” o incluso “lo correcto para el negocio”.
En México tenemos una frase que tristemente lo resume todo: “el que no transa, no avanza”. Es una sentencia peligrosa. Porque en un país con tanto talento, con tantas oportunidades para crear valor y bienestar, normalizar el fraude como estrategia de crecimiento es renunciar al verdadero progreso.
La presión por crecer, el contexto competitivo, las expectativas de inversionistas… todo puede volverse una niebla espesa que nos aleja de lo esencial: nuestras decisiones tienen consecuencias. Para nuestros colaboradores, para nuestras familias, para la sociedad. Y muchas veces, cuando estamos arriba, rodeados de personas que celebran cada paso que damos, perdemos perspectiva.
Soltes no justifica a los protagonistas de su libro, pero los muestra como humanos. Como tú, como yo. Capaces de tomar malas decisiones con buenas intenciones. Y ese es el verdadero llamado a la reflexión: el problema no son solo los grandes escándalos. Es el pequeño desliz diario que vamos normalizando.
¿Has estado en una posición de poder rodeado de personas que justifican tus decisiones… y has medido realmente sus consecuencias?