Por: Octavio de la Torre de Stéffano*
Presidente de la Concanaco Servytur
Las decisiones en política comercial no solo afectan los precios o los mercados en el corto plazo, sino que generan efectos de largo alcance en la inversión, la estabilidad económica y la confianza empresarial. La reciente imposición de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá por parte del gobierno de Estados Unidos fue una jugada temeraria, pero lo más problemático es la falta de previsión sobre sus efectos en el mediano y largo plazo.
Una prórroga que no cambia la incertidumbre
Tras conversaciones entre los mandatarios de México y EE.UU., se acordó una prórroga de un mes antes de la implementación de los aranceles, un resultado positivo de la estrategia de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, esta postergación no elimina el problema, sino que prolonga la incertidumbre para los inversionistas y empresarios.
En los mercados, el tiempo es dinero, y el riesgo genera cautela. Las inversiones extranjeras y nacionales en sectores de exportación dependen de la estabilidad y de reglas claras. Con este tipo de medidas, se genera un ambiente volátil que puede desalentar la entrada de capital y frenar el crecimiento económico.
Los gobiernos deben reflexionar sobre el impacto a largo plazo
El proteccionismo mal enfocado no solo afecta la relación entre los países, sino que altera las condiciones geopolíticas de toda la región. Los mercados y los intereses económicos no siguen la misma lógica política de los gobiernos. Mientras estos juegan con discursos de presión y soberanía comercial, los empresarios toman decisiones basadas en riesgos y oportunidades reales.
Este tipo de medidas no solo dañan la relación comercial entre EE.UU. y México, sino que también abren la puerta a que las reglas del juego cambien rápidamente, afectando a todos los actores del comercio. Las empresas necesitan estabilidad para operar y planificar a largo plazo. Si los gobiernos no toman en cuenta estos factores, las consecuencias serán más profundas que una simple fluctuación de precios.
Un sector empresarial con estructura territorial
Uno de los errores más grandes en la narrativa de estos conflictos comerciales es minimizar el impacto en el sector empresarial. En México, el sector exportador no está compuesto solo por un grupo reducido de empresarios privilegiados. La red de pequeñas y medianas empresas que dependen del comercio con EE.UU. es enorme y fundamental para el desarrollo del país.
Pensar que este tipo de medidas solo afectan a un puñado de grandes empresarios es desconocer la base empresarial de México. Desde proveedores hasta distribuidores, desde manufactura hasta logística, una guerra comercial golpea a miles de compañías y trabajadores. Si los gobiernos de ambos países no generan políticas públicas adecuadas para responder a estos embates, el daño será irreversible.
El peligro de la política comercial improvisada
El comercio internacional no es un juego de improvisaciones ni de discursos populistas. Este tipo de decisiones deben tomarse con visión de largo plazo y considerando el impacto real en la estabilidad económica. Si bien la prórroga puede parecer un respiro momentáneo, el daño a la confianza ya está hecho.
Si los gobiernos continúan utilizando los aranceles como moneda de cambio política, los empresarios buscarán alternativas, reconfigurando las cadenas de suministro y explorando nuevos mercados. En un mundo globalizado, los inversionistas no esperan a que los gobiernos se pongan de acuerdo, simplemente se van adonde las reglas son claras y el riesgo es menor.
Estamos en un momento de la historia en que no debería existir división entre el sector privado con intereses genuinos de beneficio a México y el sector político-público, por lo que las reformas y decisiones deben de ser con mayor detenimiento, consensuadas, justas, equilibradas y propositivas.
Los líderes políticos tienen que decidir si quieren ser arquitectos de crecimiento o de incertidumbre. Porque cuando se juega con fuego en la política comercial, las quemaduras pueden ser profundas y duraderas.
*El autor representa a 5.2 millones de negocios del sector comercio, servicios y turismo a través de 258 cámaras empresariales con más de 1,000 oficinas y cobertura en 1,857 municipios de México, siendo la organización más antigua, grande y vertebrada del país desde hace 107 años.