La tensión entre Israel e Irán alcanzó un punto crítico luego del ataque ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump contra tres instalaciones nucleares en Irán: Fordow, Natanz e Isfahan. A través de su cuenta de Truth Social, aseguró que el bombardeo fue “completado con gran éxito” y destacó que una carga completa de bombas fue lanzada sobre Fordow, uno de los principales centros de uranio.
Medios oficiales iraníes confirmaron que parte del sitio de Fordow fue alcanzado por misiles, luego de que se activaran las defensas aéreas en la ciudad de Qom. Las instalaciones atacadas son clave en el desarrollo del programa nuclear iraní. Según analistas, los daños podrían representar un retraso de años en la capacidad de Teherán.
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Irán condena ataque de Trump contra instalaciones nucleares
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, acusó a Estados Unidos de estar “detrás” de la reciente campaña de bombardeos israelíes contra su país. Esta postura fue respaldada por Amir Saeid Iravani, embajador de Irán ante las Naciones Unidas, quien denunció los ataques como “actos de agresión no provocados y premeditados” en una carta enviada a los líderes del organismo internacional.
En respuesta a estos hechos, Iravani solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. El fin es abordar la crisis provocada por el bombardeo a las instalaciones nucleares. La reunión podría marcar un nuevo capítulo en el deterioro de las relaciones entre Irán y Estados Unidos.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, calificó el ataque como una “violación indignante, grave y sin precedentes” de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional.
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Acusó a la administración Trump de “traicionar la diplomacia”, luego de mantener conversaciones recientes sobre el programa nuclear iraní. Araghchi anunció que viajaría a Moscú para reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin, a quien calificó como “un amigo de Irán”.
Rusia, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, condenó la ofensiva estadounidense y la calificó como una “escalada peligrosa”.
