En la madrugada del viernes 13 de junio de 2025, Israel lanzó la Operación León Creciente, una serie de ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Irán, principalmente en Teherán, Natanz, Khondab y Khorramabad. El objetivo declarado por el gobierno israelí fue destruir infraestructuras militares y nucleares iraníes, así como eliminar a altos mandos y científicos vinculados al programa nuclear de Irán.
Según fuentes israelíes, la operación fue un “duro golpe” para la capacidad de Irán de desarrollar armas de destrucción masiva. Entre las víctimas confirmadas están altos mandos militares y científicos nucleares iraníes, como el general Mohammad Kazemi y otros generales de la Guardia Revolucionaria, además de 14 científicos nucleares. El saldo de víctimas en Irán supera los 220 muertos y más de 1,200 heridos, en su mayoría civiles, debido a que los bombardeos también afectaron zonas residenciales.
Respuesta de Irán y escalada militar
Tras el ataque israelí, Irán respondió con una oleada de misiles balísticos contra ciudades israelíes como Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, causando decenas de víctimas y daños en infraestructuras clave. Las autoridades israelíes declararon el estado de emergencia, ordenaron a la población refugiarse y llamaron a reservistas al servicio militar.
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Contexto histórico: Raíz del conflicto Israel-Irán
La hostilidad entre Israel e Irán tiene raíces profundas. Tras la fundación del Estado de Israel en 1948 y la Nakba palestina, Irán fue uno de los países que rechazó el plan de partición de Palestina. Aunque en la época del shah Mohammad Reza Pahlavi ambos países mantuvieron relaciones discretas, la Revolución Islámica de 1979 rompió todo vínculo y convirtió a Irán en uno de los principales opositores al Estado israelí.
El eje central de la confrontación actual es el programa nuclear iraní. Israel, que nunca ha confirmado oficialmente su arsenal nuclear, considera la posibilidad de un Irán nuclear como una amenaza existencial. Por eso, ha lanzado operaciones militares y de inteligencia para frenar el desarrollo nuclear iraní, como la reciente Operación León Creciente.
Motivos y consecuencias del ataque israelí
El primer ministro Benjamín Netanyahu justificó el ataque como una acción preventiva para destruir la capacidad nuclear y de misiles balísticos de Irán. Sin embargo, analistas internacionales señalan que la ofensiva ocurrió en un momento clave, cuando se abrían negociaciones entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear iraní, lo que sugiere un intento de sabotear el diálogo y mantener la tensión regional.
Además, la escalada militar ha desviado la atención internacional de la crisis humanitaria en Gaza, donde continúan los bombardeos y el bloqueo israelí. Algunos expertos consideran que la ofensiva también responde a la situación política interna de Israel, donde Netanyahu enfrenta procesos judiciales y busca fortalecer su posición manteniendo un estado de guerra permanente.
Legalidad internacional y reacciones globales
Diversos organismos multilaterales han condenado el ataque israelí, señalando que no existe justificación legal para bombardear un país con el que no se está en guerra y que no ha lanzado una ofensiva previa. La acción viola los principios de la Carta de las Naciones Unidas y aumenta el riesgo de un conflicto regional de gran escala.
El ataque de Israel a Irán en junio de 2025 marca un punto crítico en el conflicto Israel-Irán y en la seguridad de Medio Oriente. La escalada militar, las víctimas civiles y la ruptura de negociaciones nucleares agravan la inestabilidad regional y ponen a prueba los límites del derecho internacional.
La comunidad internacional observa con preocupación, mientras miles de civiles en Teherán, Gaza y otras ciudades quedan atrapados entre los intereses de las potencias y la impunidad de la guerra.