Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó una orden ejecutiva para extender por 90 días la prórroga antes de que entren en vigor nuevos aranceles a China, en un movimiento que busca dar más tiempo a las negociaciones comerciales entre ambas potencias.
El decreto fue firmado apenas horas antes de la medianoche del 12 de agosto, momento en que finalizaba la tregua arancelaria previamente acordada. Según informes, esta extensión evita, por ahora, un choque frontal en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que desde 2018 ha afectado a mercados globales, cadenas de suministro y sectores estratégicos como el tecnológico y el agrícola.
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Guerra arancelaria y negociaciones internacionales
La decisión de Trump llega después de la más reciente ronda de conversaciones realizada en Estocolmo a finales de julio, donde delegaciones de ambos países discutieron medidas para reducir tensiones.
En abril, la administración estadounidense impuso aranceles del 145% a productos de origen chino, a lo que Pekín respondió con gravámenes del 125% a las importaciones estadounidenses. Sin embargo, en mayo, una reunión en Ginebra permitió reducirlos al 30% para bienes chinos y al 10% para productos estadounidenses, sellando una tregua de 90 días que estaba a punto de expirar.
En encuentros posteriores, como la reunión en Londres, China aprobó la exportación de tierras raras a Estados Unidos, mientras que Washington eliminó algunas medidas restrictivas sobre exportaciones de chips hacia Pekín.
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Condiciones de Trump y tensiones geopolíticas
Trump ha condicionado una extensión más amplia de la tregua a que China cuadruplique sus compras de soja estadounidense, una medida que busca reforzar el sector agrícola de su país. Paralelamente, las tensiones aumentan ante posibles sanciones a Pekín por mantener importaciones de petróleo ruso, en medio del conflicto en Ucrania, lo que podría complicar el diálogo bilateral.
China, por su parte, ha defendido su derecho a mantener relaciones comerciales con todos sus socios y ha rechazado lo que considera presiones unilaterales por parte de Washington.
Impacto en la economía global
La guerra arancelaria Estados Unidos-China ha tenido repercusiones en los precios internacionales, el comercio marítimo y la estabilidad de los mercados financieros.
Expertos advierten que, aunque la prórroga ofrece un respiro temporal, el riesgo de una nueva escalada permanece latente si no se alcanzan acuerdos concretos en las próximas rondas de negociación.