Tras los ataques arancelarios del gobierno de Estados Unidos durante los primeros meses del segundo mandato presidencial de Donald Trump, la industria automotriz mexicana enfrenta una serie de desafíos relacionados con la exportación de vehículos ligeros al mercado estadounidense. Los nuevos gravámenes, que comenzaron a aplicarse el 3 de abril de 2025, han afectado principalmente a las marcas con menor contenido de partes estadounidenses en sus vehículos, lo que ha llevado a un análisis detallado sobre cómo las diferentes marcas están enfrentando esta situación.
Entre las marcas que operan en México, las alemanas Mercedes Benz, Audi y BMW se destacan por ser las menos expuestas a los aranceles estadounidenses, dado que envían menos del 40% de su producción nacional hacia los Estados Unidos. Aunque estas marcas no son de alto volumen comparadas con gigantes como Ford o Toyota, representan un porcentaje significativo del mercado automotriz mexicano. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) de 2025, Mercedes Benz, Audi y BMW contribuyen con el 9% del volumen de exportación de autos desde México. Esta menor dependencia del mercado estadounidense las coloca en una posición más favorable frente a los aranceles impuestos por el gobierno de Trump.
Por otro lado, Volkswagen, también de origen alemán, tiene una mayor exposición al mercado estadounidense, pero aun así presenta un porcentaje más bajo de embarques en comparación con otras marcas, con un 71% de sus exportaciones dirigidas a Estados Unidos. Este dato refleja la diversificación de Volkswagen en otros mercados, pero aún está expuesta a los riesgos del mercado estadounidense.
El desafío de los aranceles de Trump y la efectividad de las negociaciones
El impacto de los aranceles de Trump es particularmente significativo para aquellas marcas que dependen en mayor medida del mercado estadounidense, como Ford, Toyota y Honda, cuyas exportaciones hacia el vecino país del norte representan un porcentaje elevado de su producción. De hecho, Ford es la marca más expuesta, con un 94.3% de sus vehículos exportados a Estados Unidos, seguida por Toyota (93%) y Honda (91%). Estas empresas enfrentan la amenaza de pagar un arancel de 25% sobre el contenido no estadounidense de sus vehículos, lo que aumenta los costos de producción y pone en riesgo su competitividad en el mercado estadounidense.
En contraste, las marcas como Mercedes Benz, Audi y BMW, que fabrican vehículos con un mayor porcentaje de componentes de origen no estadounidense, se verán menos afectadas por el nuevo gravamen. Sin embargo, aún existe un impacto indirecto, ya que la dependencia del mercado estadounidense sigue siendo una realidad para muchas de estas compañías.
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El cabildeo de la industria automotriz mexicana y las estrategias de adaptación
Ante esta nueva situación, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) ha intensificado sus esfuerzos de cabildeo para negociar una reducción de los aranceles. El presidente de la AMIA, Rogelio Garza, destacó que una de las estrategias propuestas es que el contenido mexicano de los vehículos exportados se considere dentro del contenido estadounidense para fines de cálculo de aranceles. Esta medida busca reducir el impacto económico del gravamen, aprovechando la complementariedad de las industrias automotrices de ambos países.
Un ejemplo claro de cómo esta estrategia podría beneficiar a las exportaciones mexicanas es el caso del Nissan Sentra, un vehículo compacto que tiene un 75% de contenido mexicano y un 10% de contenido estadounidense. Según las propuestas de la AMIA, si se sumaran estos porcentajes, el arancel solo se aplicaría al 15% de contenido no estadounidense ni mexicano, lo que permitiría que el Sentra se mantuviera competitivo en precio frente a otros vehículos importados.
El futuro de las negociaciones y la incertidumbre en el sector tras los aranceles de Trump
A pesar de los esfuerzos por parte de México para renegociar las condiciones del arancel, el panorama sigue siendo incierto. Aunque México había mantenido una preferencia respecto a otros países en términos de los aranceles recíprocos, Estados Unidos decidió mantener el arancel del 25% a los autos mexicanos, lo que ha llevado a una mayor incertidumbre en el sector automotriz.
El presidente de la AMIA, Garza, comentó que aún se están explorando diversas opciones para mitigar los efectos del arancel. A pesar de las dificultades, la industria automotriz mexicana sigue confiando en que se lograrán acuerdos que favorezcan tanto a México como a Estados Unidos, aprovechando las disposiciones del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
La industria automotriz mexicana, aunque golpeada por los aranceles impuestos por Donald Trump, sigue siendo un pilar clave de la economía nacional. Las marcas con menos exposición al mercado estadounidense, como Mercedes Benz, Audi y BMW, pueden sentirse más aliviadas por las tarifas, pero las marcas de alto volumen como Ford y Toyota siguen siendo las más afectadas.