Cada 12 de diciembre, la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México se convierte en el epicentro de una celebración que combina fervor religioso y dinamismo económico. Este año, más de 12 millones de devotos acudieron al recinto ubicado en el norte de la capital, reafirmando su lugar como uno de los templos más visitados del mundo.
El evento no solo refleja la profunda devoción de los fieles, sino que también impulsa una notable actividad económica. De acuerdo con autoridades locales, la festividad generará ingresos estimados en 20 mil millones de pesos, marcando un incremento del 22.5% en comparación con el año pasado.
Fe que cruza fronteras
La festividad reúne a personas de todos los rincones de México y el mundo. Antonio, proveniente de Guatemala, viajó junto a su familia para agradecer y pedir por quienes enfrentan dificultades. Su historia, como la de muchos otros visitantes, es un ejemplo del alcance internacional que tiene la devoción a la Virgen de Guadalupe.
Por su parte, peregrinos como Tadeo Islas, quien caminó 17 horas desde Tlaxcala hasta la Basílica, demuestran el esfuerzo y compromiso que motiva a millones a participar en esta tradición.
La celebración no solo resalta la fe, sino también la solidaridad que emerge entre los asistentes. Miguel Ángel Peña, en agradecimiento por la recuperación de su padre, repartió tacos de canasta a los peregrinos.
Natasha, una migrante venezolana, aprovecha la oportunidad para vender rebozos con imágenes de la Virgen. Los ingresos obtenidos le permitirán financiar su búsqueda de una mejor vida en Estados Unidos, sin dejar de lado su fe y esperanza.
En las calles cercanas a la Basílica, pequeños gestos fortalecen el espíritu comunitario. Pedro Balderas, comerciante local, obsequió dulces a los niños peregrinos como muestra de apoyo a quienes recorren grandes distancias junto a sus familias.
Tradición con impacto cultural y económico
La devoción a la Virgen de Guadalupe, que según la tradición comenzó con su aparición al indígena Juan Diego en 1531, ha evolucionado para convertirse en un evento de gran impacto en diversos ámbitos. Además de su importancia espiritual, la celebración dinamiza sectores clave como transporte, comercio y turismo.
Con información de: Infobae.
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