El panorama económico para México en 2025 se torna complejo tras la revisión a la baja en la estimación de crecimiento del Banco de México (Banxico). La nueva previsión de 0.6% plantea un escenario desafiante para la generación de empleo formal, que ya atraviesa un período turbulento. Según Banxico, el crecimiento podría fluctuar entre -0.2% y 1.4%, sin considerar aún los posibles efectos de medidas comerciales que Estados Unidos podría implementar contra México.
Los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reflejan una situación crítica: al cierre de 2024 se perdieron 405,259 plazas laborales, la peor cifra desde 1995, con seis de cada diez empleos eliminados siendo permanentes. Esta tendencia refuerza la previsión de los expertos sobre una desaceleración en la generación de empleo formal en 2025.
Guillermina Rodríguez, directora de Estudios Económicos de Banamex, señala que la menor inversión en el sector de la construcción impacta directamente en la creación de puestos de trabajo.
“La relación es muy lineal: menos obras significan menor demanda de empleo”, explica.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la tasa de trabajo asalariado alcanzó el 66.7% de la población ocupada en 2024, la más alta desde 2005. Sin embargo, en términos absolutos, el crecimiento de asalariados fue el más bajo desde 2014, con 279,490 nuevos puestos. La tendencia sugiere un estancamiento en la generación de empleos de calidad.
Un mercado laboral en retroceso
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, destaca que en 2024 se crearon solo 213,000 posiciones laborales ante el IMSS, la cifra más baja desde 2009, excluyendo los años afectados por la pandemia. Para 2025, la expectativa es la generación de 230,000 empleos, un nivel insuficiente para atender la demanda de trabajo formal.
El sector de la construcción, que había sido un motor del empleo, enfrenta un declive por el término de proyectos de infraestructura en el sureste del país. Asimismo, las manufacturas también registran una desaceleración, lo que compromete la creación de nuevos empleos.
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Factores internos y externos
Siller advierte que la incertidumbre política y económica es un factor determinante en la desaceleración. “Las amenazas de Donald Trump y las reformas aprobadas en México, como la del Poder Judicial, han generado dudas entre los inversionistas”, explica. Además, considera clave mejorar la digitalización de trámites para agilizar la apertura de negocios y atraer inversión extranjera.
El impulso a la inversión fija también es fundamental. “Si se invierte en educación y productividad, se generan mejores condiciones laborales y un mayor crecimiento económico”, afirma Siller.
Presiones adicionales: Aranceles de EU
A la baja expectativa de crecimiento se suma la posibilidad de nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, lo que podría afectar el sector manufacturero y la generación de empleo.
“Las inversiones están en pausa ante el riesgo de restricciones comerciales, lo que frena la demanda de empleo”, advierte Guillermina Rodríguez.
El impacto de la reducción de empleo es significativo: menores ingresos conllevan menor demanda de bienes y servicios, cerrando un círculo vicioso de desaceleración económica y deterioro laboral.
Banamex estima un crecimiento del empleo formal de apenas 0.8% en 2025, equivalente a la creación de 170,000 nuevos puestos, una cifra muy por debajo de los 433,000 generados en 2024. Asimismo, se prevé un aumento en la tasa de desempleo, que podría pasar de 2.7% a 3.4%.
Con este panorama, el reto para México en 2025 será impulsar políticas que fomenten la inversión y la generación de empleo, buscando revertir la tendencia de desaceleración económica y laboral.