Autoridades federales presentaron la Estrategia Nacional de Educación Financiera 2025-2030. El plan busca dotar de herramientas a la población para la toma de decisiones económicas. El acto de presentación se realizó en CDMX. La difusión se concretó mediante un comunicado oficial el 17 de diciembre del 2025.
Esta Estrategia Nacional de Educación Financiera constituye un marco de acción para los próximos cinco años. Se desarrolló en coordinación con el Comité de Educación Financiera y su grupo especializado.
La estrategia prioriza el desarrollo de habilidades prácticas sobre información teórica. Se alinea con el Plan Nacional de Desarrollo y la Política Nacional de Inclusión Financiera. 
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¿Qué pretende resolver estrategia educativa?
Los niveles de alfabetización financiera presentan un estancamiento, con una puntuación que se mantiene sin cambio desde 2018. Solo una minoría de la población declara haber recibido educación formal en temas como ahorro o crédito.
La encuesta nacional refleja que el ahorro se realiza mayoritariamente por canales informales. Existe una brecha en el acceso al financiamiento formal para las micro y pequeñas empresas.
La confianza en el sistema financiero formal no es generalizada entre la población. Persisten desigualdades, como una menor tenencia de productos financieros entre las mujeres.
La capacidad para enfrentar gastos imprevistos sin recurrir al endeudamiento es limitada. Este contexto motivó el diseño de una estrategia que fomente capacidades y comportamientos financieros sólidos.
Diseño del plan
El diseño fue resultado de un trabajo colaborativo coordinado por el Comité de Educación Financiera. Su Grupo de Seguimiento, Desarrollo e Investigación tuvo un papel central en el proceso.
La estrategia se concibe como un elemento clave para el bienestar financiero y la resiliencia económica. Incorpora de manera transversal los principios de igualdad de género e inclusión de grupos vulnerables.
La cultura financiera se aborda con un enfoque que va más allá de la transmisión de información. Se prioriza el desarrollo de habilidades, actitudes y comportamientos que mejoren el bienestar de las personas.
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La estrategia también integra conocimientos sobre sostenibilidad y gestión de riesgos climáticos. Este enfoque integral busca alinear las acciones nacionales con las mejores prácticas internacionales.
La estrategia se articula a través de seis objetivos estratégicos definidos. Establece mecanismos concretos para la coordinación, el seguimiento y la evaluación de resultados. Su implementación se realizará de forma coordinada pero independiente de la Política Nacional de Inclusión Financiera.
Educación financiera como eje de la nueva estrategia
Los objetivos estratégicos definen una ruta clara para las acciones de educación financiera en el país. Es por ello que las metas se enumeran en seis, lo cuales son:
- Incrementar la proporción de adultos con conocimientos financieros básicos
- Promover el ahorro formal y la previsión para el retiro
- Fomentar el uso responsable del crédito y medios de pago digitales
- Reducir las brechas de género y territoriales en inclusión financiera
- Enseñar en entornos educativos formales e informales la cultura financiera a los niños
- Un uso más seguro de los servicios financieros digitales
La implementación exitosa requiere que las acciones de educación lleguen efectivamente a todos los segmentos de la población. La medición del avance se realizará mediante los mecanismos de seguimiento establecidos.
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Las autoridades señalan que la estrategia representa el compromiso del estado mexicano con la educación económica de sus ciudadanos. Agregaron que su ejecución coordinada será fundamental para observar cambios en los comportamientos financieros documentados.
La presentación de este plan inicia una fase de implementación que deberá monitorearse de cerca. Los indicadores de inclusión y educación financiera existentes ofrecen una línea base para medir el progreso.
La separación formal de esta estrategia respecto a la política de inclusión financiera busca potenciar ambos instrumentos. El trabajo colaborativo entre instituciones será un factor determinante para el cumplimiento de las metas planteadas hasta 2030.
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