En un ecosistema empresarial cada vez más saturado de productos y servicios similares, los emprendedores enfrentan un gran reto: diferenciarse de la competencia de manera auténtica y duradera. Si bien las estrategias de marketing y la participación en eventos siguen siendo importantes, hoy el valor diferencial radica en algo mucho más humano: la marca personal.
Más allá de un logotipo atractivo o una buena campaña publicitaria, lo que realmente conecta con los consumidores actuales es la historia, la ética y el carácter de quienes están detrás del negocio. Así lo asegura Erika Chafino, directora general de Código 111, quien sostiene que construir una marca personal sólida no solo posiciona al emprendedor, sino que también humaniza al proyecto.
“Construir la marca personal es algo que se va dando día a día. Crea una personalidad alrededor de tu sector y con esto se le puede sacar provecho para crecer tus mercados”, explica Chafino.
El nuevo consumidor busca algo más que un producto
En la era digital, donde el acceso a la información es instantáneo, los consumidores han desarrollado un criterio más exigente. Ya no basta con ofrecer un buen producto o servicio: quieren saber quién está detrás de la marca, cuáles son sus valores y cómo se comporta en el día a día.
Una encuesta realizada por Ipsos y Google revela que el 78% de los consumidores en México considera que tomar decisiones de compra satisfactorias requiere más esfuerzo que antes. En este contexto, generar confianza es fundamental, y una marca personal coherente y transparente puede marcar la diferencia.
“Los consumidores ya no compran solo por diseño o calidad; buscan historias con las que puedan identificarse”, recalca Chafino. Esto hace que el emprendedor se convierta, voluntaria o involuntariamente, en una especie de embajador de su propia empresa.
Dos canales, una sola voz
Cuando el emprendedor trabaja en su marca personal, abre dos canales de comunicación: el institucional, a través de la empresa; y el personal, que permite crear vínculos más profundos con clientes, proveedores e inversores. Ambos deben estar alineados en discurso y comportamiento, ya que la congruencia es clave.
En este sentido, Juan Carlos Cerón, estratega de carrera y marca personal, recomienda estar al tanto de las tendencias del sector y adaptar el contenido tanto en el entorno digital como en el presencial. Pero advierte sobre un error común: presentar una imagen perfecta e irreal.
“Un error que se comete es transmitir que todo está perfecto, que en nuestra vida no pasan problemáticas y que todo es sencillo, pero en sí, tienes que demostrar cómo eres y que los errores que tenemos son enseñanzas”, apunta Chafino.
Cinco claves para consolidar una marca personal con impacto
- No reducirlo solo a redes sociales
La marca personal no vive únicamente en Instagram o LinkedIn. También se construye en las interacciones cotidianas, en la forma de liderar un equipo, de tratar a los proveedores o incluso en cómo se responde a una queja. Todo comunica. - Autoevaluarse con honestidad
Conocerse a fondo es el primer paso. Identificar fortalezas, pasiones, estilos de comunicación y el tipo de público al que se quiere llegar permite trazar una estrategia auténtica. Cerón recomienda empezar con un solo canal bien trabajado antes de diversificarse. - Constancia, la base de la credibilidad
Publicar de forma intermitente o desaparecer durante semanas puede debilitar la imagen personal. La constancia genera familiaridad y confianza, elementos esenciales para construir comunidad y liderazgo. - Cuidar las palabras, incluso fuera del negocio
Un comentario desafortunado, ya sea en redes sociales o en una reunión informal, puede escalar rápidamente y poner en riesgo la reputación tanto del emprendedor como de la empresa. La coherencia y el respeto son pilares de una marca personal sólida. - Autenticidad antes que perfección
Contar experiencias reales, incluso aquellas que incluyen fracasos o tropiezos, genera empatía. Mostrar vulnerabilidad no debilita, sino que fortalece el vínculo con la audiencia, al demostrar humanidad y capacidad de aprendizaje.
Una inversión a largo plazo
Construir una marca personal no es una campaña con fecha de inicio y fin, es un proceso continuo que acompaña cada etapa del emprendimiento. Y si bien no se mide en métricas inmediatas, su impacto se refleja en la confianza, el posicionamiento y las oportunidades que llegan a lo largo del tiempo.
Hoy más que nunca, en un mercado donde el producto ya no es suficiente, la marca personal se convierte en el activo más valioso del emprendedor. Un activo que no se compra, pero que sí se cultiva con cada palabra, cada acción y cada decisión.