Querer hacer una buena acción podría llevarte a la cárcel pese a ser inocente. Esto debido a que el Código Penal Federal define como cómplice a aquella persona que, sin haber participado directamente en la comisión del delito, facilita, apoya o contribuye a que este se lleve a cabo.
En México, la falta de intención no siempre es suficiente para evitar una responsabilidad penal. La clave está en actuar con precaución, preguntar, documentar y evitar involucrarse en actividades poco claras. Ser inocente no siempre impide que te conviertas, sin querer, en cómplice de un delito sin saberlo.
Para ello las autoridades invitan a no participar en actividades sin conocer su finalidad real, así como reportar cualquier actividad sospechosa, incluso si proviene de personas cercanas.
¿Por qué puedes ir a prisión pese a ser inocente?
- Cargar maletas o recibir cosas “por unos minutos” en un aeropuerto. La razón de esto tiene que ver que te puedes involucrar en un delito por querer ser buena persona. Esto se debe a que si una persona trafica drogas o lleva algo de contrabando, te verás implicado. Las leyes internacionales no distinguen entre cómplice y víctima, por lo que podrías pasar hasta 15 años de cárcel por querer ayudar a alguien.
- Recibir dinero por alguien y que después entregárselo. Esa clase de acciones tiene dos interpretaciones. Por el lado social podría ser un favor, pero ante la ley es lavado de dinero. Sí llegas a encontrarte en una situación criminal, por este tipo podrías pasar hasta 20 años en prisión.
- Prestar tu carro podría involucrarte en un crimen. Si bien un accidente no se le desea a nadie, la persona a quien le prestes tu coche de forma inocente podría llevarte a prisión si roba, secuestra, asesina o transporte de drogas. Esto dado que puedes ser procesado como cómplice. Podrías pasar hasta 25 años de prisión.
- Prestar tu celular. Tu línea está a tu nombre y si se comete una extorsión o amenaza podría convertirte en cómplice. Puedes pasar meses en prisión preventiva.
- Guardar cosas que no son tuyas te podrían meter en problemas. Alguien podría con malas intenciones incriminarte en un crimen como posesión de armas o drogas; incluso encubrimiento. La pena puede ser de hasta 30 años dependiendo del contenido.