Productores arremetieron contra las harineras durante una mesa de diálogo realizada en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Tlaquepaque, Jalisco. Los productores exigieron a las autoridades un precio justo para el maíz que producen.
Salvador Ruiz, uno de los campesinos presentes, denunció que las empresas harineras pagan apenas 4 ó 5 pesos por kilo de maíz con el que se puede producir un kilo 600 gramos de tortilla que se vende desde los 25 a 30 pesos.
“Dan ganas de llorar por favor. Que se echen un viaje de maíz, nosotros sufrimos. Vea las manos madreadas, llenas de callos. Todo madreado mientras ustedes apoyan a empresarios que ganan miles de millones”
Amigos por el campo exigen justicia
El colectivo amigos por el campo convocó a la ruda de prensa con el fin de entablar acuerdos con las autoridades ya que ellos aun no se suman al paro nacional. Sin embargo, no obtuvieron respuesta:
“Es una tristeza venir a estas juntas con la intención de llevarnos un buen concepto de nuestro gobierno, pero no hay respuesta. Dicen que sí, pero al final no sacamos ni los gastos de lo que invertimos”
Ruiz enumeró los costos de producción que abarcan maquinaria, siembra, escarda, cultivo, fertilizantes, fumigación y mano de obra.
Reclamaron también que los apoyos que da el gobierno federal no son para todos. Benefician principalmente a quienes siembran menos de cinco hectáreas, dejando de lado a quienes poseen parcelas más grandes.
“No pedimos nada al gobierno, pero sí justicia: que nos paguen lo justo. Que no se lucren con nuestro trabajo y el hambre del país”
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El trasfondo: desigualdades en la cadena del maíz
El reclamo de Salvador, refleja una situación generalizada en México, por la que se han realizado diversos bloques en el pais. Mientras los consumidores pagan precios elevados por tortillas, los productores afirman que apenas cubren costos y si obtienen ganancias, son mínimas.
Según organizaciones del campo, la situacion evidencia fallas estructurales en la cadena agroalimentaria, que concentran las ganancias en intermediarios y grandes empresas harineras. Los productores piden una regulación, ya que se encuentran en una situación vulnerable.
Agricultores como Ruiz exigen no solo un precio justo para el maíz, sino también un trato digno que reconozca el valor de su labor y asegure su sustento y el de sus familias.
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